DR. SANTIAGO MORENO GUILLÉN: “EN MEDICINA, LO IMPORTANTE SON LOS ENFERMOS, NO LAS ENFERMEDADES”

INSCRIPCIONES GALA DE LOS 120 AÑOS DEL COLEGIO      
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El Dr. Santiago Moreno es jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Ramón y Cajal de Madrid, centro que sigue a unos 2000 afectados por VIH y ha estado implicado en la asistencia a pacientes con este virus desde el inicio de la epidemia en España. En su currículum ahora figura también la concesión del Premio Hipócrates 2016 del Colegio de Médicos a la trayectoria profesional, galardón que recoge el 30 de septiembre en la gala aniversario de los 120 años de nuestra institución

 

1. Recibe el Premio Hipócrates 2016 a la trayectoria profesional, ¿cómo ha evolucionado la Profesión a lo largo de estos años?

 

El ejercicio de la Medicina se mantiene en sus características esenciales. La vocación y el espíritu de servicio de las personas que ejercen esta profesión no me parece que hayan cambiado en los más de 30 años que yo la ejerzo. Seguramente, los principales cambios se han producido en los avances tecnológicos y en el conocimiento en las diferentes áreas. Se ha evolucionado muy positivamente en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que está contribuyendo de modo decisivo a disminuir el sufrimiento de los pacientes y a mejorar las expectativas de vida de la población.

 

2. ¿Hacia dónde cree que apunta el futuro?

 

Sin duda, los avances en el conocimiento y en la tecnología se van a seguir produciendo, seguramente a extremos que ahora no podemos imaginar. Casi con seguridad se acabará por desarrollar la medicina personalizada, es decir, la aplicación de métodos diagnósticos, terapéuticos y preventivos a las personas en función de características genéticas identificables y que serán distintas, por tanto, para cada persona. La relación entre la microbiota (las bacterias que nos habitan) y el ser humano es también un área que justo ahora se está reconociendo su importancia y está llamada a ser importante en la mejora de la salud de las personas. Como éstas, hay otras muchas posibilidades apenas explotadas actualmente y que constituirán a buen seguro la práctica de la medicina del futuro.

 

3. Es el jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, centro de referencia que actualmente sigue aproximadamente a 2000 personas infectadas por VIH y ha estado implicado en la asistencia a pacientes con este virus desde el principio de la epidemia en España, ha colaborado con el Plan Nacional de SIDA, ha coordinado una parte de la Red Nacional de Investigación sobre SIDA y es un reconocido médico clínico e investigador en este ámbito, además de presidir la Asociación VIHDA, fundada para el desarrollo de cuidados integrales a pacientes de VIH en un distrito rural de Kenia. En su extenso currículum también figura su puesto de profesor titular de Medicina en la Universidad de Alcalá. ¿Qué supone para usted recibir este Premio Hipócrates 2016 a la trayectoria profesional del Colegio de Médicos de Murcia?

 

Es un premio especialmente emotivo. Soy murciano, me licencié en nuestra Facultad de Medicina, también aquí leí mi tesis doctoral y tuve la oportunidad de trabajar en los primeros años de funcionamiento del Hospital Morales Meseguer. Tengo un profundo arraigo a nuestra tierra y se puede entender que cualquier tipo de reconocimiento que proceda de aquí es entrañable y fuente de especial alegría.

 

4. Sobre el virus, ¿cuáles son los datos actuales de afectados en España y en la Región de Murcia? ¿Cómo han evolucionado estas cifras en los últimos años?

 

La epidemia de infección por VIH no se ha detenido. En España, se siguen diagnosticando entre 3.500 y 4.000 nuevos pacientes con infección por VIH cada año, lo que arroja una de las tasas de incidencia más elevadas entre los paises de nuestro entorno. Parece que la situación tiende a estabilizarse en los últimos años, aunque el retraso en la notificación de casos no nos permite ser concluyentes en este sentido. En Murcia, la situación no es diferente y cada año se siguen diagnosticando alrededor de 100 pacientes nuevos con infección por VIH. Globalmente, en toda España ha habido un cambio en el perfil de las personas que adquieren la infección por VIH, dominando la transmisión por relaciones entre hombres y habiendo aumentado de manera importante el porcentaje de personas no nacidas en España y la edad de los pacientes.

 

5. ¿Cómo fueron sus inicios en la Medicina?

 

Como los de todo recién licenciado, llenos de ilusión y motivación. Debuté haciendo sustituciones durante el verano como médico de Atención Primaria, en Ricote, y esta es una época corta y puntual, pero que recuerdo con gran cariño. Luego inicié el periodo de formación como residente en Enfermedades Infecciosas en el Hospital Ramón y Cajal, en Madrid. Esto coincidió con el inicio de la epidemia de SIDA en el mundo y marcaría una manera especial de vivir la profesión.

 

6. ¿Cuáles son sus proyectos más actuales?

 

Si hablamos de investigación, gran parte de mi actividad investigadora se centra en buscar estrategias para la curación de la infección por VIH. Ahí destino la mayor parte de mi tiempo y de los recursos de investigación. El control de la infección por VIH ha alcanzado niveles de excelencia pero la ciencia sigue teniendo pendiente su curación y eliminación. No es tarea fácil, pero merece la pena el empeño.

 

7. De todos estos años de trabajo, ¿guarda algún recuerdo especial o una etapa que recuerde especialmente?

 

Sin duda alguna, la época más intensa fueron los años en los que el SIDA era una enfermedad rápidamente progresiva, sin tratamiento eficaz, afectando a población joven y que asociaba enorme sufrimiento y mortalidad. Esta fue una etapa en la que viví la profesión de médico en el más estricto y completo sentido de la palabra. Era el concepto e imagen de médico por el que uno había empezado la carrera: proporcionando el alivio posible y acompañando a los pacientes en su padecimiento físico, social y espiritual. Fue una época de gran aprendizaje, no solo en conocimiento médico, sino especialmente en los múltiples aspectos que los pacientes nos enseñaron.

 

8. Desde la perspectiva de todos sus años de experiencia y trayectoria como médico, ¿qué mensaje le daría a los médicos jóvenes que empiezan ahora su andadura profesional?

 

A todos los médicos que se inician en la profesión les insisto en un mensaje: en Medicina lo importante son los enfermos, no las enfermedades. El cuidado de los pacientes debe ser integral, dando prioridad a disminuir el sufrimiento frente a cualquier otro objetivo. El mensaje es tanto más importante en estos años en que los médicos de las generaciones más recientes son excelentes profesionales que han superado exigentes barreras para cursar sus estudios de Medicina. Existe el peligro, sin embargo, que Medicina se transforme como carrera en la opción natural, la más lógica, para alumnos brillantes, que ven en la Medicina un área de enorme interés científico, con continuos retos, dejando en segundo plano el verdadero centro de nuestra profesión que son las personas que aquejan enfermedades. Completaría el mensaje insistiendo en la obligatoriedad de proporcionar esos cuidados de manera universal a toda persona enferma y mantenernos activos en evitar que barreras sociales o económicas impidan que podamos atender a las personas que nos necesiten.

 

9. Si no hubiese sido médico, sería…

 

Maestro.

 

    Información publicada el 5 de septiembre de 2016

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